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Areco tiene un encanto que resalta sobre otros pueblos porque nos permite vivir realmente el folklore de nuestro campo, donde los gauchos honran la tradición en sus actividades diarias y conviven con los vecinos con una naturalidad que no se repite en otros rincones de la Argentina.
El Congreso Nacional nombró a San Antonio de Areco “Capital Nacional de la Tradición” por lograr mantener intactas esas costumbres, permitiéndonos experimentar la tradición durante todo el año a través de las fiestas, las mateadas, la gastronomía, la música y los bailes.
Es muy común encontrar peñas, guitarreadas y danzas folklóricas durante los fines de semana. El pueblo tiene 11 museos –4 municipales y 7 privados– donde el relato de la historia arequera se ofrece desde perspectivas diferentes. Además, en el Casco Histórico abundan los talleres de artesanos, donde se ven trabajos de distintas disciplinas muy vinculadas a lo tradicional, como pueden ser la platería, la cerámica, la talabartería, el telar criollo y la soguería.
También las pulperías, los bares históricos y los almacenes de ramos generales son un fiel retrato de su cultura criolla: paisanos de boina acodados en la barra, un arsenal de botellas antiguas almacenadas en estanterías infinitas, calendarios de alpargatas, paredes sin reboque y pisos de pinotea crujientes. En Areco, la atmósfera gauchesca está intacta.
Areco tiene un encanto que resalta sobre otros pueblos porque nos permite vivir realmente el folklore de nuestro campo, donde los gauchos honran la tradición en sus actividades diarias y conviven con los vecinos con una naturalidad que no se repite en otros rincones de la Argentina.
El Congreso Nacional nombró a San Antonio de Areco “Capital Nacional de la Tradición” por lograr mantener intactas esas costumbres, permitiéndonos experimentar la tradición durante todo el año a través de las fiestas, las mateadas, la gastronomía, la música y los bailes.
Es muy común encontrar peñas, guitarreadas y danzas folklóricas durante los fines de semana. El pueblo tiene 11 museos –4 municipales y 7 privados– donde el relato de la historia arequera se ofrece desde perspectivas diferentes. Además, en el Casco Histórico abundan los talleres de artesanos, donde se ven trabajos de distintas disciplinas muy vinculadas a lo tradicional, como pueden ser la platería, la cerámica, la talabartería, el telar criollo y la soguería.
También las pulperías, los bares históricos y los almacenes de ramos generales son un fiel retrato de su cultura criolla: paisanos de boina acodados en la barra, un arsenal de botellas antiguas almacenadas en estanterías infinitas, calendarios de alpargatas, paredes sin reboque y pisos de pinotea crujientes. En Areco, la atmósfera gauchesca está intacta.